Marco Polo Hernández Cuevas, Ph.D
Aunque poco sabido y aceptado, por cada africana y africano llegado a los Estados Unidos de América durante la época colonial, cuando menos 25 llegaron a Latino América. Y aunque arribaron innumerables afroespañoles o “moros” y africanos y africanas libres vía la Península Ibérica, la mayoría llegaron esclavizados directamente de África. Provenientes de cientos de etnias de las cuatro puntas del África, quedaron reducidos y marcados por un nombre surgido de la ignorancia europea “negros”.
Durante el primer periodo de la trata transatlántica que acaba en 1640 (cuando se desintegra la alianza entre España y Portugal), México registra la mayor población de negros africanos en el continente americano. Veracruz y Campeche coloniales fueron puertos esclavistas principales. Los seres humanos traficados llegaron a las colonias españolas de todo el continente para cubrir las necesidades laborales de puertos, plantaciones, minas, obrajes, carreteras y hasta milicias.
En la época colonial latinoamericana entre los siglos XVI (16) y XIX (19), en todos los países, sin excepción, se desarrolló un sistema social llamado por estudiosos “pigmentocracia”. Dentro de las pigmentocracias latinas, los seres humanos autóctonos de la “nueva región” fueron distinguidos y colocados en una pirámide social de acuerdo a su apariencia, color de la piel, facciones, tipo de cabello, acento, etc. Los españoles estaban en la cúspide de la pirámide. Todos los demás debajo de ellos, los mestizos de primer orden, los mestizos de segundo (los africanizados), los originarios y hasta abajo los africanos recién llegados.
Los africanos, las naciones originarias y sus hijas e hijos fueron, y son, los más discriminados por siglos. Esto, desde luego, es negado por la mayoría de los gobiernos y sus representantes institucionales quienes aseguran que la mayoría de los negros desaparecieron en nuestra región dada una supuesta “mezcla racial” y que por lo tanto nuestros países son paraísos raciales donde la igualdad reina.
Lo mas curioso de esa forma de ver las cosas es que mientras casi desaparecieron las naciones originarias, los españoles fueron pocos, y se trajeron millones de africanas y africanos jóvenes de entre 15 y 22 años, resulta que los desaparecidos son los negros africanos. Y digo curioso, porque la persona común siempre habla de algún abuelo español mientras meten a la abuela negra al closet. Esto es un tipo de racismo identificado como “ausente/presente” por el investigador británico Peter Wade y colegas.
Un caso manifiesto de “el racismo ausente/presente” latino
Es el reciente caso del comentarista de la televisión hispana de los Estados Unidos de América (EUA), el venezolano Rodner Figueroa, quien fue despedido de Univisión inmediatamente después de hacer comentarios racistas de la primera dama de EUA, la abogada Michelle Obama. De alguna manera evocó la relación entre la abogada Obama y alguno de los simios de la afamada película El planeta de los simios. Muchas voces indignadas, (incluidas voces hispanas/latinas) reprobaron la comparación estereotípica entre ser humano/ animal.
Este tipo de racismo, aunque negado, silenciado o inviabilizado oficialmente en la mayoría de los países latinos, es puesto en evidencia en un artículo reciente sobre el caso Figueroa en El Tiempo por Ana María Jaramillo (23 de marzo). Jaramillo introduce otra cara del mismo problema, que es la ausencia de imágenes positivas de negras y negros en los medios de comunicación de masas. Entrevistado por Jaramillo el doctor Duany explica que “hay ciertas tendencias en las cadenas en español Univisión y Telemundo, que no son las más aceptables.” Asimismo, asegura que no se refiere “solamente al comentario de este señor [Figueroa], sino de muchos programas de comedia, donde se hace referencia constante al color de la piel de la gente, se usan epítetos bastante insultantes, como ‘negrito’, que aunque parezca una tontería, es un diminutivo que también tiende a despreciar a la persona a la que se refiere’”.
Según el antropólogo Duaney, “hay bastantes estudios que muestran cómo la televisión en español no sólo excluye a los afroamericanos, sino a una gran cantidad de hispanos no mexicanos. Mientras que la televisión en inglés sí tiene una representación más amplia de la comunidad afroamericana en puestos de poder.”
“Parecería que la televisión hispana se ha encargado de no promover una visión más incluyente de la comunidad afrodescendiente, pero además de la hispana, que es muy diversa también”, sostiene. Y lo que es un choque para la conciencia del siglo XXI es que la hispanidad incluye, de acuerdo a los datos mas conservadores, unos 150 millones de latinos negros afrodescendientes. Y muchos de estos negros estamos en los Estados Unidos de Norteamérica conviviendo con los hermanos afroestadounidenses, y lo que necesitamos hacer es crear puentes de entendimiento mediante nuestras similitudes y no diferencias. Lo de Rodner Figueroa es una pena. Lo bueno es que tiene solución. Todo es cuestión de recordar y reconocer nuestra historia negra.
